Aprender a pensar en Arquitectura es indagar en los conceptos que nos hablan del territorio, de la escala, de la proporción, de la armonía, de la geometría, de la luz, del espacio, de la forma, de la utilidad, de la belleza, del orden, de los materiales, de las técnicas constructivas, del azar, del movimiento, de la abstracción, de la ambigüedad...
....Pero también es pensar en Arquitectura, el análisis de las formas sociales en uso y su idoneidad, la sensibilidad del Arquitecto hacia el momento que vive y va a vivir: presente y futuro, todo ello encaminado a cuestionar, para mejorar, las soluciones que programaticamente la misma sociedad pide al arquitecto. Por otro lado, la excesiva aseveración del conocimiento, el entenderlo como algo sabido o aprehendido, pude ser un elemento limitador. Hay que tener cierto desapego y aprender a ver más allá de lo evidente y de lo inmediato, mas allá del propio objeto arquitectónico.
Para ello es necesario que el alumno descubra la necesidad de incorporar no solo los conocimientos previos de su Cultura Arquitectónica, adquiridos en asignaturas precedentes y en su propia experiencia, sino también la necesidad de aprender a ver de otra forma lo ya conocido. Así, el alumno construirá su visión propia del Contexto.
Por todo ello, frente a un sistema de enseñanza que permita únicamente la adquisición de habilidades instrumentales o el entrenamiento que capacite al alumno para resolver con oficio problemas concretos de la realidad profesional, nos planteamos un sistema en el cual el alumno tome conciencia de su capacidad de intervención, generalmente mucho más elevada de lo que el mismo se imagina. Todo ello con el riesgo de cruzar la frontera de la utopía, elevando la mirada sobre las respuestas meramente prácticas; pues es evidente que un proyecto de escuela no debe tener la carga pragmática que en muchas ocasiones se exige al proyecto profesional. No quiere esto decir que renunciemos a que el objetivo final del curso sea la realización de un proyecto en el cual el alumno demuestre su solvencia, capacidad de convicción y dominio del complejo proceso proyectual; pero sí entendemos, que la propia indeterminación cultural contemporánea debe estar en el arranque del proceso que va a realizar el alumno.
Parece que es necesario establecer relaciones distintas entre la realidad y la arquitectura, y para ello basta ver documentos como la editorial de la revista Wired de junio de 2003:
"Vuestras viejas ideas acerca del espacio han explotado. Las últimas tres décadas han producido más cambios en más culturas que ninguna otra época de la historia: crecimiento radicalmente acelerado, cierta regularización, globalización.., han dibujado nuestros mapas conocidos y reajustado absolutamente todos tos parámetros. Fronteras que se dibujan y se desdibujan, se hacen permeables a los 10 minutos de haberse formulado, zonas de control a la vez impuestas y a la vez violadas y tergiversadas, jurisdicciones declaradas y a la vez ignoradas, mercados que tienen que ver con el mundo informático que se inflan en un segundo y se pinchan y se deshacen al día siguiente, etcétera. Al mismo_ tiempo han emergido condiciones espaciales completamente nuevas que requieren nuevas definiciones. Donde el espacio era considerado permanente ahora parece transitorio o en camino de convertirse en transitorio. Las palabras e ideas de la arquitectura, que una vez han sido el lenguaje universal del espacio, parece que no sean ya capaces de describir esta proliferación de condiciones nuevas e incluso su utilidad ha sido cuestionada en el mundo real. El lenguaje arquitectónico sobrevive siendo su repertorio de objetos y metáforas resucitado para crear claridad y definición en nuevos estratos de nuestro mundo. Pienso en las chat rooms, es decir, aquellas palabras -¡ web logs, web sites...-, palabras que mueren en lo real y vuelven a nacer en lo virtual Desde un punto de vista social yo creo que bastaría hacer un seguimiento de cómo se están produciendo los cambios esenciales, el modo en las relaciones de la ciencia y la política. Es decir, el concepto de planeta ya como un inmenso laboratorio. La política hasta ahora desarrollada de lugares encerrados, que ha sido la característica de los lugares de experimentación de los años 90. El concepto de autor de esa ciencia ya no significa una bata blanca, un doctorado, ser científico, observemos como se ha producido toda la investigación alternativa, desde posiciones por ejemplo ecologistas, o posiciones no gubernamentales".
Revista Wired, Junio 2.003
YINCANA LUMINICA 2015 MADRID
Hace 9 años
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